Los errores más comunes al usar arnés de coche para perros y cómo evitarlos

Muchos dueños de mascotas, con las mejores intenciones, cometen errores al utilizar arneses de coche que pueden comprometer la seguridad de sus perros. Conocer estos fallos frecuentes te ayudará a proteger mejor a tu compañero de cuatro patas durante los viajes.

Uno de los errores más graves es usar un arnés no diseñado específicamente para vehículos. Los arneses de paseo convencionales no están fabricados para soportar las fuerzas generadas en un impacto y podrían romperse. Siempre debes elegir un modelo específicamente certificado para uso en automóviles.

Otro error común es una colocación incorrecta. El arnés debe quedar ajustado pero no apretado, permitiendo que puedas deslizar dos dedos entre el dispositivo y el cuerpo del perro. Una colocación demasiado holgada reduce su efectividad, mientras que una excesivamente ajustada puede causar molestias o incluso problemas circulatorios.

Muchos propietarios conectan el arnés a los cinturones de seguridad de forma inadecuada. El punto de anclaje debe permitir al perro estar cómodo pero sin demasiada libertad de movimiento. Lo ideal es que pueda tumbarse y girar la cabeza, pero no desplazarse por todo el asiento o saltar al frente.

Olvidar revisar periódicamente el estado del arnés es otro fallo frecuente. Con el uso, las correas pueden desgastarse, las hebillas aflojarse y los puntos de costura debilitarse. Es fundamental inspeccionar el equipo antes de cada viaje y reemplazarlo ante cualquier signo de deterioro.

Por último, muchos dueños subestiman la importancia de elegir el tamaño correcto. Un arnés demasiado grande para un perro pequeño no ofrecerá protección adecuada, mientras que uno pequeño para un perro grande puede ser peligroso. Toma las medidas de tu mascota siguiendo exactamente las indicaciones del fabricante.